Relato por Isidora Assler (Ganadora snowboard damas).
Fotos Felipe Lara
Se corría la voz de que la V versión del “Avalancha en el Volcán” se veía venir en el mes de Septiembre, días cercanos a nuestras fiestas patrias. Y qué mejor que recibir la noticia que viviríamos la experiencia de subir el Volcán Quetrupillán un 17 de Septiembre, disfrutando del buen tiempo que nos acompañaría, con buena nieve, amantes de la montaña motivados, el panorama se venía bueno!
Fue así como el 16 de Septiembre, a eso de las 17 horas, llegamos al campamento base, luego de una hora y media aproximada de viaje en buses que trasladaban a los competidores. Ya introducidos en el bosque nativo, nos bajamos del bus y caminamos cinco minutos donde poco a poco la nieve comenzaba a cubrir los caminos y árboles. Luego de caminar unos 300 metros llegamos al campamento base, ubicado en “Paraíso Escondido” sector Palguin Alto, y el nombre lo describe todo, donde podíamos apreciar el Quetru hacia el Sur. El sector de Palguin nos recibió con una tarde soleada, perfecta para armar las carpas, recibir una charla técnica de seguridad, registrarnos y retirar nuestro kit de competencia.
Al fondo el Volcan Quetrupillan
La música en vivo de Carlos y el Chino -locales que nos recibieron- le otorgaba un toque místico a la noche.
17 de Septiembre
5:30 AM. Con bajas temperaturas comenzaba la levantada, preparando el cuerpo y la mente para empezar el día con toda la energía. Se nos venía un intenso día, con una larga caminata para atacar la cumbre. Es por eso, que fue esencial un buen desayuno recibiendo el calor de una acogedora fogata, junto al infaltable mate. Con toda la motivación, fuimos preparando nuestras mochilas mientras amanecía, y equipándonos para emprender camino.
7:30 AM. Comienza el esperado ascenso al Volcán, algunos en randonné, otros en splitboard, raquetas, hasta algunos motivados caminando, a un buen paso para activar el cuerpo, ya que el sol todavía no calentaba lo suficiente.
12:00 PM. Luego de tres horas de caminata sobre nieve dura, ya agarrando calor, salimos del bosque predominante de quilas y lengas que no dejaba de impresionarnos. Ya se veía cercana la cumbre. Una pausa para desabrigarnos y comer algo enérgico para seguir con las tres horas de ascenso que nos quedaban por la cara Noroeste del Volcán. Era momento entonces de encender y chequear arvas, y continuar nuestra exploración. Buscando siempre las condiciones de nieve más favorables, fuimos trazando líneas que de a poco nos permitirían lograr conectar hasta la cumbre.
Cielos despejados y de fondo el Volcán Villarrica, los riders motivados para hacer cumbre.
Hacer cumbre no fue fácil, una gran nube y mucho viento fueron cómplices de nuestra llegada. Las condiciones llegando arriba estaban duras, había hielo y la pendiente aumentaba a medida que nos acercábamos. Pero luego de llegar a los 2.200 msnm que nos exigía el Quetru, pudimos apreciar a lo lejos el Volcán Lanín por un lado, y el emblemático Volcán Villarrica por el otro, el escenario perfecto.Una nube amenazaba atrás y mucho viento, pero nada que pudiera detener la motivación por hacer cumbre.
Lograda entonces la cumbre y alucinados por el gran cráter del Volcán, los riders guardaban sus pieles rápidamente, abrigarse, chips en las botas, 3,2,1 GO!
15:00 PM: EL MOMENTO MÁS ESPERADO, LA BAJADA.
Cada un minuto salía un competidor. Con luz plana, placas de hielo, nieve cartón, hasta llegar a nieve primavera, no importaba las condiciones, los riders bajábamos dándolo todo, siguiendo las banderas rojas que nos orientaban durante la ruta de descenso. Nada mejor que sentir la adrenalina, intentando absorber cada cambio de terreno y relieve que me obstaculizaba la bajada, pero a la vez activaban más mis músculos y mis ganas de llegar abajo en el menor tiempo posible. En un momento, me tocó elegir entre dos alternativas de rutas, por un lado hacia la derecha tenía una placa de hielo que iba en diagonal hacia la meta, y a la izquierda veía huellas en un portezuelo con buena nieve, pero con la incertidumbre de si me alcanzaría la velocidad para salir de este y lograr llegar a la meta sin perder tiempo. Por lo que tome la decisión de irme por la primera opción, si bien era arriesgada, había que meterle más adrenalina a la historia. En un promedio de cinco minutos, los riders ya llegaban a la meta, luego de un descenso de 3 km, ¡como quemaban las piernas! No había mejor sensación que la de haberlo dejado todo, ¡ya éramos todos ganadores!
Luego de la adrenalina de esa tremenda bajada, el bosque nativo nos tenía preparada una nieve primavera gracias al día soleado que nos había acompañado, nieve digna de ser esquiada por todos los competidores hasta llegar al BC, donde el staff nos recibió con un rico asado dieciochero, sus respectivos bebestibles y un ambiente perfecto para compartir y conversar lo que había sido ese gran 17 de Septiembre.
Un éxito el evento, muy feliz además con mi inesperado primer lugar en Snowboard Damas. Primer año que participo en él, pero seguro es el primero de muchos. Nada más que agradecer a los organizadores, a los locales que nos recibieron con los brazos abiertos y a todos los competidores por su buena onda y motivación. Que gratificante es darse cuenta como cada vez somos más los amantes de la vida al aire libre, de las aventuras y todos unidos en la idea de cuidar y conservar nuestras tierras para que las futuras generaciones puedan también sentirse afortunados del impresionante país en que vivimos. ¡VIVA CHILE!
Carlos, un ejemplo de estilo de vida.