Por: Felipe Morales Armijo.
Para los aventureros y amantes de la naturaleza las grandes paredes han sido siempre de gran admiración y a medida que la tecnología avanza, nos ha permitido acceder a los lugares más remotos del planeta, ya sean glaciares, bajo el mar, cuevas subterráneas y grandes acantilados. La escalada en roca comenzó a desarrollarse hace no más de 200 años y hasta hoy el número de aficionados a esta actividad ha aumentado considerablemente. Por fortuna, diferentes países en el mundo y especialmente los desarrollados, gestionan sus lugares de escalada o sus paredes se encuentran en áreas naturales protegidas. En latinoamérica, esto aún no sucede, pero es la comunidad local que poco a poco se empodera en el cuidado de sus espacios naturales y de recreación.
Para la ciencia y los ambientalistas las áreas naturales son de particular interés, ya que han permanecido intactas durante largos periodos de tiempo y sirven como hábitat para una inmensa variedad de especies de plantas y de animales, que por lo general no se encuentran en áreas con perturbación.
La escalada deportiva es la variante más popular y la que más ha crecido en los últimos años y generalmente se desarrolla en roca sedimentaria, ya sea arenisca, conglomerado o caliza, esto debido a su dureza y textura. Esta última presenta el mayor conocimiento respecto a su ecología. Los acantilados de piedra caliza son un hábitat raro en todo el mundo que admite biotas altamente especializadas y distintas, incluidos los líquenes, briófitas, plantas vasculares, aves, insectos y gasterópodos. Según diferentes autores la gran riqueza, el gran número de especies raras y la rareza del tipo de hábitat dan a los acantilados de piedra caliza un alto valor de conservación.
La ciencia se ha preocupado por el conocimiento y la conservación de estos ecosistemas de acantilados, debido al crecimiento y a la preocupación por parte de la sociedad, realizando diferentes estudios respecto a los efectos de la escalada sobre la biodiversidad, especialmente estudios de vegetación.
Para determinar cuál es el impacto de la escalada sobre la vegetación, los investigadores consideran diferentes variables, las cuales podrían influir en la riqueza de especies, que corresponde a conocer cuantas especies diferentes encontramos y la densidad, que es saber cuantas de cada una de las especies presentes se encuentran en un área cuadrada determinada. Dentro de los factores ambientales que se han considerado son la exposición de la pared, ya sea norte-sur o este-oeste, la insolación, que es cuanta radiación se percibe, la pendiente de la pared y una de las mas importantes, la microtopografía, esto corresponde a la formación de microhábitats por el relieve de la roca, ya sea agujeros, fisuras, techos y terrazas. Solamente en los últimos años se han considerado variables como la intensidad de la escalada, dada por la calidad de la ruta y cuán cerca se encuentra del punto de inicio (estacionamiento o parada) y por la dificultad de la ruta de escalada, que para determinar de mejor manera el impacto de esta, se debe estudiar las tendencias actuales del deporte, siendo entre los grados 5.11 a los 5.13 en YDS, los grados con mayor frecuencia de escalada y mayor cantidad de aperturas de rutas, ósea una escalada de media-alta dificultad.
Los resultados de estos de estos estudios que comenzaron alrededor de los años noventa y continúan hasta la actualidad, arrojan que la escalada afecta parcial y negativamente a la vegetación vascular y especialmente a los líquenes. Estos estudios han sido realizados en acantilados de piedra caliza y arenisca de las montañas de Europa y América del Norte, excepto México. Los daños incluyen una reducción en la riqueza y densidad de la comunidad vegetal. Las especies con alta especificidad de roca parecen ser las más afectadas por las perturbaciones, y se extinguen localmente en las rutas de escalada.
Sobre la base de estudios publicados, la evidencia de los efectos de la escalada en roca sobre la biodiversidad de las plantas vasculares, los líquenes, los invertebrados y las aves parece ser negativo, pero no es concluyente, debido principalmente por la poca información. Por lo tanto, guiar el manejo y la evaluación del impacto de la escalada en roca en la ecología de las comunidades vegetales de acantilado es necesaria para enfocar los esfuerzos de conservación y así gestionar la escalada y el turismo asociado.
Fuentes
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McMillan A., M., & Larson W., D. (2002). Effects of rock climbing on the vegetation of the Niagara Escarpment in southern Ontario, Canada. Conservation Biology, 16(2), 389–398. https://doi.org/10.1046/j.1523-1739.2002.00377.x
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