Antillanca es muy especial para muchos de los que estamos acá, es un lugar intenso, lleno de contrastes que nos a condicionado y educado como personas. Un espacio lleno de buenas energías, que se ha encargado de enseñarnos de la vida entre bosques, lagos y volcanes. La gente acá es constante, brava y sobre todo dueña de un alma muy libre.
Muchas veces nos vemos enterrados en semanas de lluvia, sin un solo copo de nieve, pero tenemos fe, quemamos esquís, hacemos machitunes y contra todo pronóstico, nieva. Somos gente de montaña que busca la aventura, sin importar el pronostico, disfrutamos sin parar.
Texto y Fotografía: Cristián Muñoz Robles