El sur es para estrujarlo cada día lo que más se pueda, sobre todo los días de sol que no se muestra muy a menudo… Pero con buen pronostico y armados de 2 Skidoos 2010 nos fuimos desde Pucón dirección Corralco, el jueves muy temprano para ver que podíamos encontrarnos en esa salvaje zona de la cordillera sureña. El equipo: Cristián “Chico” Anguita (ChileBackcountry y dueño de las motos), Claudio Vicuña (Fotografo), Soledad Díaz (TNF) y yo, Chopo Díaz. Pasamos Malalcahuello, el último pueblo antes del volcán Lonquimay. A pocos kilómetros paramos en la casa del Loco G (SledChile), quién amablemente nos pasó las llaves de su casa para que nos instaláramos. Una vez preparados nos fuimos a la nieve más cercana para descargar las motos, y partir la exploración ya que ninguno de los 4 conocía mucho la zona. Nos fuimos directamente atrás del Lonquimay, y continuamos hacia el otro extremo de la tupida morrena que nos costó un tiempo atravesar. Una vez al otro lado apuntamos las motos en dirección a este cerro que tenía unas buenas líneas entre las araucarias, pero cuando todo estaba listo para comenzar el descenso las nubes nos sorprendieron y trajeron también nieve y viento, por lo que después de un acelerado descenso arrancamos rápidamente antes de que la visibilidad lo hiciera más complicado.
Araucarias, roca y nieve, la postal clasica del lugar
Zorro local amigable
El Loco G llegó en la mañana del otro día y trajo con él toda la euforia y motivación que lo caracteriza, “¿conocen el Tolhuaca?”, todos lo habíamos oído de nombre pero nadie estuvo nunca así que prendimos con agua, sobre todo porque teníamos al guía y local de la zona de nuestro lado. EL día no podía estar mejor, sol y cielo azul los 360 grados, las motos listas y las pilas al 100%. Partimos misma dirección sobre las planicies a 80 km/h la media. El local G nos demostró rápidamente que se conoce la zona, y nos acortó el camino de la morrena a mas o menos 2 min. (en comparación a la media hora que nos demoramos nosotros el día anterior). Luego pasamos la planicie y los oasis de araucarias, y comenzamos el ascenso al Tolhuaca entre un bosque muy tupido. La primera impresión del Tolhuaca es una montaña que no parece un volcán, un macizo amplio y con muchas alternativas. Vimos que se podía descender directamente desde la cima del volcán y nos aproximamos a esa cara, atravesando el glaciar que nace justo detrás de la cima. La bajada tenía bastante desnivel y mucha pendiente (calculo en algunos lugares unos 50° o +), pero la nieve en la mayoría de la bajada era dura, casi hielo, por lo que no valió la pena volver a repetirlo.
El hielo glaciar no detubo las ganas de volar del Chico
El Tolhuaca nos mostró su mejor cara
La sole bajandose de la línea
El guía más extremo, Loco G y su fiel corsel
Seguimos el paseo por detrás del volcán, pasamos el glaciar en donde tuvimos un encuentro cercano con las grietas, y seguimos rumbo al norte en búsqueda de una base de estudios geotérmicos que queríamos conocer. De base nada, todo estaba tapado bajo muchos metros de nieve, lo que si vimos fue un gran hoyo en el manto blanco humeando, no era lava, era agua que brotaba a la superficie a muchos grados, y con mucho olor a azufre, eran como unos geisers pero en miniatura, en medio de la montaña a 2.500 mts. de altura, muy impresionante. El día se nos fue entre paseos, algunas bajadas y muchas fotos. El sunset entre esas araucarias milenarias fue muy místico, y a la vuelta lo celebramos en la casa del Loco como se merece, grande Loco G, Chico A., y madre Tierra.
Observando las maravillas de la tierra
Vicuña y su gatillo que no falla
FOTOS: Claudio Vicuña