Relatos | Cumbre en el Shisha

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Relato del equipo que ascendió a la cumbre central del Shishapangma, sitio original.

Uno planifica y la montaña dispone. Esto es algo sabido por todo montañista de ley, y la expedición de Martín Gildemeister, Rafa Matte, Pato Gana y Tomás Vial lo vivió desde el aterrizaje en Katmandú. El trabajo en equipo y el valor de la cordada fueron fundamentales para lograr la cumbre central del Shishapangma, y en este relato de puño y letra de los protagonistas compartimos su experiencia en “la morada de Dios”.

Katmandú

 Escribimos estas primeras líneas desde la ancestral, caótica y especial capital de Nepal. Llegamos hace un par de días, después de un largo viaje desde Santiago: 42 horas, 2 escalas y un sueño acumulado de aquellos, pero felices de empezar este viaje con el que venimos soñando hace tanto tiempo.

No ha sido un comienzo fácil. Estos días los hemos dedicado a solucionar problemas de último minuto con los permisos y logística. Tensos y preocupados, no era cómo teníamos pensado aterrizar, pero las cosas se han ido ordenando de a poco, y ahora podemos decir que tenemos todo listo para partir como corresponde con la expedición. Dicen que las cosas que más cuestan más se disfrutan, así que mentalizados para aprovechar al máximo lo que se nos viene! 

En ese espíritu quisimos recorrer un poco la ciudad, moviéndonos por este “caos controlado” que nos sigue impactando, pero que para sus habitantes es lo más normal del mundo: calles angostas y coloridas, que serpentean entre tiendas y bazares de todo tipo, y en las que conviven motos, triciclos, autos y peatones en medio de un desorden tremendo. Pero de alguna forma, todo funciona ¡Impresionante!

Todavía se hacen notar las secuelas del terremoto de 2015, y nos dejan con las ganas de haber conocido Katmandú en todo su esplendor, pero poco a poco la ciudad se levanta, movida por el espíritu paciente, fervoroso y bondadoso del pueblo Nepalí.

Ya se vendrán nuevas oportunidades de seguir conociendo más su cultura. Ahora tenemos que seguir avanzando rumbo al Shishapangma. Nos espera un viaje a Lhasa, Tibet, región de China en la que se encuentra emplazada esta montaña. Desde allá esperamos escribirles un nuevo reporte, preparando lo que se nos viene por delante.

Camino al BC

Saludos desde Tingri!

Escribimos desde un pequeño pueblo del Tíbet, el último por el que pasaremos de camino al campo base (BC) del Shishapangma: Los últimos días han sido bastante movidos: cambio de país, ciudades nuevas en el camino y varios kilómetros recorridos.

Salimos desde Katmandú el jueves pasado para volar a la capital del Tibet: Lhasa. Aterrizamos emocionados y expectantes de conocer esta ciudad milenaria y su cultura ancestral, su arquitectura, sus monasterios y la religiosidad de sus monjes. Pero moderamos las expectativas de golpe… Lhasa hoy en día es una ciudad moderna, en pleno auge, con una infraestructura impresionante, carreteras, calles y edificios de primera. El efecto inicial es chocante. Por alguna razón, esperábamos una ciudad pequeña, detenida en el tiempo. Pero la modernización de la mano del gobierno chino ha sido notoria.

Esto no importó para que pudiésemos conocer sus rincones congelados en el tiempo: El Palacio de Potala o Templo de Lhasa, antiguo centro espiritual y político del Tibet, y antigua residencia del Dalai Lama, o el monasterio de Sera, donde pudimos presenciar los debates entre monjes, o las calles clásicas de la ciudad antigua. Son lugares que impactan, nos solo por su arquitectura y decoración, sino por el aire de solemnidad y religiosidad que se respira en ellos.
 

Después de 2 noches en la ciudad, emprendimos rumbo oeste, enfilando hacia las montañas del Himalaya. Cerca de 600 kilómetros en dos días, pasando por lagos, llanuras y cuestas a más de 5.200 msnm, para llegar finalmente a Tingri. Desde aquí, entre las nubes, se pueden ver las moles del Everest y Cho Oyu a la distancia, preparándonos y aclimatando para lo que se nos viene: la llegada al BC del Shishapangma.

Hoy temprano (martes), partimos con este último traslado para llegar a la base del Shisha. Desde ahí, se vienen buenas semanas de trabajo en la montaña, de las que les estaremos contando en los próximos reportes. Recuerden que pueden seguir nuestros movimientos diarios en la sección “seguimiento GPS”, y mandarnos saludos y mensajes de fuerza a través de la página. Son la mejor energía para seguir avanzando con la expedición.

Un abrazo grande desde el corazón del Tíbet,

 Equipo Shishapangma 2018

Cumbre en el Shishapangma

Saludos desde la base del Shishapangma! Ha pasado un buen tiempo desde nuestro último reporte. La limitada conectividad desde el Tibet, y la velocidad inesperada con que nos tuvimos que mover en la montaña la última semana no nos dejaron escribir antes, pero ahora nos ponemos al día con buenas noticias:

Logramos la Cumbre Central del Shishapangma (8.008 msnm)!!

Como saben, el día 14 llegamos al ABC (5.630msnm), después de un largo periodo de preparación, trámites y viaje a la base de la montaña.  Como no había tiempo que perder, comenzamos a movernos rápido para equipar ruta y campamentos con el objetivo de ir adentrándonos en el Shisha. Así, el 16 realizamos la primera aproximación, dejando un depósito de equipo y comida en la base del glaciar que lleva al C1: 5K cargadísimos a través de terreno inestable, que nos dio una primera impresión de lo que se nos venía. 

Poco a poco el ABC del Shisha fue tomando forma. Nuestra base de operaciones la compartíamos con un carismático trio catalán, que se complementó muy bien con el equipo chileno. De vecinos, una expedición Polaca – Rusa bien fuerte, y un poco más allá, la potente expedición china de la que veníamos escuchando hizo su aparición formal. Esta última, factor relevante para los acontecimientos que se vendrían. 

Fundamentalmente, la expedición china marcaba la pauta en la montaña. Dueños de casa y con una inversión tremenda puesta para finalizar con la carrera por los 14 ochomiles de 8 de sus montañistas, no dejaban pie para hacer algo distinto a sus directrices. Esto mismo complicó un montón nuestro plan de trabajo en el cerro, ya que no podíamos poner un pie en la montaña antes que ellos. Así de duro. De esta forma, y como si las condiciones naturales del Himalaya no fuesen lo suficientemente difíciles, nos encontramos de golpe con una variable adicional que condicionaba aún más los resultados de la expedición. Pero como bien sabemos, hay que persistir y buscar las formas, y así lo hicimos.

Aprovechamos el relajo chino para celebrar la ceremonia de la Puja, en la que junto a todos los integrantes de nuestro Base  Camp, y dirigidos por el “Kitchen Boy”, quien es un Lama, pedimos la protección para aventurarnos en la montaña. Recién el día 19 tuvimos luz verde para ir al C1. (Sólo hasta ahí). Se trataba de un movimiento importante, no sólo para aclimatar (lo instalamos a 6.350 msnm), sino también para proyectar los futuros pasos de la expedición. Por lo mismo realizamos un porteo potente, con cerca de 20K cada uno, y que significó un desgaste físico importante, sobre todo por lo que implica cruzar el tramo inicial del glaciar, con un laberinto de penitentes que parecía interminable. Pero por lo menos, estábamos moviéndonos en el cerro!

De vuelta en el ABC, y estando listos para seguir avanzando con nuestro itinerario de aclimatación y armado de campamentos, nos topamos de frente con la gran muralla china:  No tenían intención alguna en el corto plazo, de seguir hacia arriba, lo que desarmaba completamente nuestro plan de acción… Veíamos pasar los días de buen tiempo y nuestra ventana para hacer bien las cosas, sin alternativa alguna. Dos de los catalanes se retiraron del cerro ante la incertidumbre, y nos quedamos de compañeros con el gran Xavi Metal, destacadísimo escalador y mejor persona, quién a punta de chistes e historias se preocupó de mantener siempre en alto la moral del grupo.

 Aprovechamos el tiempo para hacer labores básicas de campamento, y para salir a estirar un poco las piernas a los seismiles del sector, tratando de mantenerse activos para cuando se diera la oportunidad. Finalmente, y de golpe, nos llegó la noticia de que los chinos se moverían al C1 el día 25, para iniciar un ataque relámpago a cumbre. Esto, casi una semana después de haber ido por 1ra vez al C1. La ruta sería la normal, buscando la cima central para luego seguir a la principal.

 Era la oportunidad que teníamos y nos pusimos de cabeza en ello. Tuvimos que rearmar el plan de aclimatación y armado progresivo de campamentos, cambiándolo por una única iniciativa de ataque a cumbre, pasando 2 noches en el C1 a 6.350 msnm, siguiendo directo al C2 a 6.900 msnm y armando al día siguiente un C3 bajo a 7.100 msnm. El objetivo, salir desde ese punto a atacar la cumbre, lo que si bien, nos dejaba a una distancia más larga vs montar un campamento más alto, nos ahorraba un tramo considerable de porteo de equipo (carpa, cocinilla, comida, etc), entendiéndolo como un desgaste mayor por no haber tenido el suficiente tiempo de aclimatación a esa altura.

 Dicho eso, el día 29 de septiembre a las 12.45 am salíamos los 4 desde nuestra carpa Assault 3 rumbo a la cumbre, después de “pasar” un par de horas dormitando apretados preparándonos para la jornada (tocaba 1 carpa para los 4 para esa noche, minimizando en lo posible el peso a portear). Incómodos, ansiosos, pero por sobre todo, felices de tener la oportunidad de tirar hacia arriba, salimos a una fría noche iluminada por la luna.

 El primer tramo, una fuerte remontada al collado que lleva al C3 original (7.450 msnm). Tras esa etapa, Tomás y Pato deciden dejar hasta ese punto su intento de cumbre. El corto tiempo de aclimatación y el esfuerzo puesto para llevar el equipo a la cumbre hacen que sea la decisión más sensata. Rafael y Martín se movían lo suficientemente rápido y fuerte como para seguir con la jornada a cumbre, por lo que nos separamos buscando lo mejor para el equipo. Y de esta forma, y después de poco más de 10 horas de escalada en un frío intenso, llegamos a la cumbre central del Shishapangma, a 8.008 msnm! Una alegría tremenda de estar allá arriba, después de todo el esfuerzo, ganas y trabajo de tanto tiempo puesto en el proyecto. Pero por sobre todo, por la forma en que se reflejaba la persistencia y perseverancia de un equipo unido y comprometido.

Rafael le da la buena noticia a Pato y Tomás por radio, que celebran junto a nosotros y preparan todo para que nuestra bajada fuese lo más segura posible, esperándonos con todo listo en el C3 para seguir quitándole altura al cuerpo y descansar de mejor manera en el C2. La bajada fue larga y lenta, veníamos cansadísimos con el esfuerzo, y el ver a Tomás y Pato con todo listo reconfirmaba todo el orgullo y cariño que significa contar con un verdadero equipo. 

Una noche en el C2, y después de eso, ABC! Otra jornada dura, para deshacer todo el camino recogiendo el equipo dejado en el camino, llegando reventados pero felices al campamento, celebrando con los amigos, los de siempre y los nuevos, la culminación de un proyecto potentísimo y al mismo tiempo, a los cumpleañeros de octubre: Tomás y Martín.

Lamentablemente no pudimos acceder al objetivo original de la expedición, que era llegar a la cumbre principal del Shisha, a 8.027 msnm. Esta cumbre, unida a la central por una especie de cuchillo, está sólo a unos 350 m lineales desde dónde llegamos, pero las condiciones para cruzarlo no se dieron. En un inicio, teníamos pensado realizar una ruta alternativa para evitarlo, la variante Vasca, pero la iniciativa china no nos dio alternativa a seguir con esa ruta, optando a la ruleta de optar por la central y ver que pasaba. No se dio la opción de la cumbre principal, pero la vista desde los 8.008 a la inmensidad del Tibet no la quita nadie!!

 Felices de cómo pudimos afrontar los desafíos que se nos pusieron por delante en esta expedición, y de como cada uno de los integrantes del equipo dio lo mejor de sí para disfrutar al máximo la experiencia. No por nada, la expedición chilena se caracterizó por ser la única en trabajar en el cerro sin Sherpas, y ser junto a Xavi, los únicos en llegar a la cumbre central del Shishapangma sin oxígeno suplementario.

 Una experiencia de vida en el Tibet junto a los mejores compañeros que se podría pedir.

Ahora seguimos nuestro viaje de regreso a Katmandú, decantando las experiencias y disfrutando de lo vivido…

Viva Chile!

Expedición Shishapangma Chile 2018