Este 16 de enero se realizó la tercera edición de Mammut Andes Infernal. El Ultra Skyrunning non-stop a mayor altitud en el mundo. Su punto más alto es el cerro El Plomo a 5.424 msnm. Este engendro infernal, que fue pensado hace 15 años, ha iniciado el camino hacia su consolidación.
Se acogió a más de 400 corredores en las distancias, 15, 28 y 51K y por sus caras de felicidad, comentarios y el impacto en redes sociales, podemos deducir que vivieron una gran aventura.
El centro de Ski Valle Nevado fue el gran anfitrión, ubicado a 3.000 metros de altitud en la línea de la vida. Se denomina así por convención, ya que a partir de esa altitud se dificulta la vida permanente de los humanos. Aunque en Nepal, Bolivia y otros lugares en el mundo podemos encontrar excepciones.
La zona en verano a primera vista es agreste y dura. Ni un solo árbol, mucho frío, viento, clima muy cambiante y la temida puna o mal de altura, provocada por la falta de oxígeno disponible, por la menor presión atmosférica. Aproximadamente un 65% comparado con el nivel a nivel del mar. Sin embargo, tiene una belleza distinta. Lo que más impacta a los corredores es la escala de las montañas, las vistas increíbles, las tonalidades de los cerros y el silencio. Los pone en un estado de indefensión, alerta, un regreso a su estado salvaje. Los desconecta de la ciudad y los conecta con la naturaleza.
Es una prueba con un nivel de riesgo alto, pero a la vez muy exigente con la seguridad. Los corredores postulan a una distancia, pero la organización decide si pueden enfrentarla. No se rechaza a nadie, pero antes de permitir la inscripción se revisa el currículo deportivo de cada corredor y si no tiene las capacidades necesarias se reubica en una distancia inferior. La prueba tiene equipamiento obligatorio y es revisado. El uso de casco es obligatorio en las distancias donde hay mayor riesgo. A 4.100 metros de altitud se encuentra la aduana médica a cargo del partner médico 110SHC, especialistas en alta montaña y entrenamientos en hipoxia, que revisan y permiten continuar en competencia a los corredores después de pruebas estandarizadas y tiempo de permanencia reglamentario. Esto ha funcionado tan bien, que en las distancias de 15 K y 28K se tuvo un solo DNF.
La seguridad de toda la prueba está en manos de los docentes y alumnos de la Universidad San Sebastián de la carrera de Ingeniería en Expediciones y Ecoturismo. 5 patrullas conformadas por 5 integrantes, sus líderes con grandes cumbres en el cuerpo; Everest, Ojos del Salado, Aconcagua. Y los alumnos con cursos de montaña y WFR al día, entre otras certificaciones. Helicóptero en caso de riesgo vital.
En las dos versiones anteriores no se pudo permitir el paso de los corredores hacia la cumbre, debido a las malas condiciones climáticas, llegando tan solo a los 5.200 metros de altitud, faltando sólo un kilómetro lineal.
¿Cómo medir su dureza? De 50 corredores aceptados, 43 se pararon en línea de meta. Sólo 13 lograron cumbre, sólo 7 corredores pudieron terminar el trazado completo.
Otra característica que hace a Andes Infernal tan dura es que los corredores pasan por meta a dejar equipo de alta montaña, comer, saludar a sus amigos y familia y después deben emprender un último giro de 15 km con 1.600 metros de desnivel acumulado adicionales que se transforman en una lenta agonía porque ya están muy cansados.
Para poder medir la dificultad de esta carrera respecto a otras se diseñó una herramienta de medición bastante simple pero efectiva. Se promedió los tiempos del primer tercio de los corredores y luego se dividió por la distancia. Esto da la velocidad de avance promedio por kilómetro. Así se pudo comparar pruebas muy disímiles en distancia, condiciones meteorológicas, terrenos, desnivel, altitud, etc. El índice de Mammut Andes Infernal para este año fue 11,14 minutos por kilómetro. Aunque la muestra es poco representativa por el pequeño número de corredores y el alto nivel de los dos primeros.
De ser una carrera bastante costosa, se pasó a un modelo colaborativo donde los corredores en vez de realizar un pago, hacen una donación sugerida y quienes no pueden pagar la carrera hacen una solicitud de gratuidad sin expresión de causa. Este año se emitieron cerca de 70 tickets gratuitos.
Para que esto sea posible es vital el apoyo de Mammut, La Universidad San Sebastian, 110SHC, Valle Nevado y otros colaboradores, pero en un mismo nivel están los voluntarios, corredores desplegados en terreno y en meta, en todo tipo de labores (hidratación, orientación, revisión de equipamiento, despliegue en ruta, aplaudidores, fotógrafos, etc. Que sacrifican hacer lo que más le gusta, duermen poco, comen mal, pero paradojalmente señalan sentirse igual o mejor que cuando corren al ayudar a otros.
A raíz de esta carrera El Plomo ha despertado gran interés entre Trail runners que ahora se pueden ver entrenando en gran número en los senderos de montaña. Y nuestros hermanos los andinistas (que hacen posible que se puede realizar esta prueba contenidos) han descubierto en el Skyrunning una alternativa para disfrutar de la pasión de la montaña con equipo más liviano -sin abandonar la seguridad- . Llegando en horas y/o por el día a cerros que en el modo clásico requieren más tiempo.
Estamos sorprendidos por el interés internacional que ha despertado la carrera, casi el 30% de nuestras visitas en la página vienen del extranjero.
Grandes cambios se avecinan porque queremos seguir a la vanguardia.
Este viernes 22 a las 00:00 abriremos las postulaciones para la versión 2017 en www.andesinfernal.com
Marcelo Rojas
Andes Infernal