11 días en las condiciones mas adversas en uno de los valles mas inexplorados de la zona central; el valle del cortaderal. Los atletas de Lippi estuvieron ahi todos esos días viendo una punta que les llamaba la atención. Una aleta de tiburó que no se podian sacar de la cabeza. Habían pasado frío, sufrido con el viento pero los ultimos días había llegado una tormenta que los motivó a fondo. Esta desconocida aleta era su misión y no se iban a ir sin conseguir bajarla.
Raimundo Olivos, atleta de Lippi nos cuenta que:
-“Ya era el último día que contábamos para alcanzar objetivos deportivos, así que esa noche pasamos mucho tiempo discutiendo si íbamos a ir o no a la cumbre de la Aleta (Como le decíamos en ese momento), una montaña que aún no tenía nombre y con la que soñamos desde el primer día. En un principio habíamos acordado con el equipo que no íbamos a ir porque el inminente riesgo de avalanchas que presentaba su cara Este, pero se estaban dando todas las condiciones para ir. Pasamos harto rato discutiendo, hasta que finalmente tipo 21:00 decidimos ir.”
Y lo lograron, este team de motivados y tremendos andinistas conformado por Raimundo Olivos, Claudia “Peke” Aliaga y GAlo Viguera llegaron a la cumbre de este manjar de cerro.
Los dejamos con esta descripción de Andes Handbook: acerca de esta nueva linea abierta:
-“La Punta Mako forma junto a sus vecinos, la Gran Torre del Cortaderal y el volcán Palomo, un extenso y estético anfiteatro que cuenta con infinitas posibilidades para el esquí de montaña y atractivas caras sur de diversas dificultades. A este anfiteatro se puede acceder tanto desde el valle del Cortaderal como desde el portezuelo que se forma entre el volcán Palomo y la Gran Torre del Cortaderal, todo ello enmarcado por el mayor campo de hielos de Chile central.
Desde la laguna del Cortaderal (3000m) se muestra como una gran aleta de tiburón con una pala esquiable que desciende desde la misma cumbre y que después de cada nevada, exhibe texturas que poco tienen que envidiarle a las grandes líneas de Alaska. Desde el valle del Cortaderal, en cambio, el cerro presenta una cara más rocosa y menos llamativa, aunque de mayor dificultad.
La denominación del cerro se debe a la definida silueta que presenta su cara este, que asemeja una aleta de tiburón, y es una referencia al Mako (Isurus oxyrinchus), una de las 56 especies de escualos que habitan las costas de Chile.
Las actividades en esta zona han sido muy escasas desde 1964, año de la primera y ya legendaria expedición del club Mañke, por lo que no es de extrañar que la Punta Mako se haya mantenido virgen hasta el 11 de septiembre de 2020, cuando Raimundo Olivos, Galo Viguera y Claudia Aliaga, tras algunos pasos mixtos con pendientes de hasta 60°, alcanzaron por primera vez su cumbre a través del filo nororiental, para luego descender esquiando.”.- AndesHandBook