Por Tomás Philipps y Álvaro Zunino
Después de 2 semanas buscando el lugar con más nieve de USA, y de haber pasado por Colorado, Wyoming y Utah sin encontrar las condiciones perfectas (siendo ultra exigentes), hablamos con Drew Tabke (actualmente N°1 en el Freeride World Tour) que justo estaría en su casa en Seattle, WA descansando luego de 1 mes en Europa y preparándose para la próxima fecha en Kirkwood, CA.
Manejamos toda la noche desde Snowbird, UT y llegamos temprano donde Drew que nos ofreció su living para quedarnos mientras tomábamos la decisión de qué haríamos a continuación. Al día siguiente partimos hacia Canadá a visitar un amigo y conocer Whistler, que a pesar de ser un centro gigante e increíble no tenía la nieve que buscábamos.
Volvimos al día siguiente y el pronóstico del tiempo decía que se acercaba tremenda tormenta hacia Washington. Sin perder el tiempo nos fuimos con Drew hacia su montaña local: Crystal Mountain. Aquí desde el primer momento nos recibieron increíble; llegamos sin lugar para dormir y terminamos quedándonos en una casa exquisita y una invitación para conocer el centro por 2 días.
De partida la montaña ofrece un terreno increíble: mucha pendiente, mucho bosque, hartas rocas y gaps para volar. Además la tormenta predicha (que seguía) había hecho lo suyo tapando la montaña con medio metro de nieve de calidad. El primer día, al ser viernes, teníamos el lugar prácticamente para nosotros. Drew hizo de guía y nos mostró lo que significa ser local de un lugar así. Esquiamos desde que abrió hasta el cierre y en todas las bajadas encontramos líneas frescas esperándonos.
Como al día siguiente era sábado, la fila antes de la apertura era gigante y la ansiedad abundaba. Al parecer la gente del centro, viendo las caras sedientas de poder tuvieron piedad y abrieron 30 minutos antes del horario normal. Pensamos que la espera sería eterna, pero los andariveles de la base son sillas de 6 y una góndola para 8, por lo que la fila avanzó rápido y ya estábamos de nuevo en la montaña.
Drew hizo lo suyo y nos siguió mostrando lugares increíbles. A pesar de haber 6 mil personas en el centro ese día, no se notaba para nada. Seguíamos encontrando líneas frescas que en cada curva te tapaban la cara y las subidas eran expeditas. Luego de 2 caminatas de 20 minutos, para acceder a terreno que el andarivel no llegaba (pero la bajada te dejaba en el centro) y un día sin parar de esquiar, terminamos realmente muertos, pero con una sonrisa difícil de borrar.
Gracias Crystal por lo que hasta el momento han sido los 2 mejores días de nuestro viaje.