foto por Flodigrip’s world
Por Claudio Díaz.
Nuevamente se habla, ya es una costumbre invernal tradicional, del nuevo camino a los Centros de esquí de la zona central.
La prensa y las autoridades, concertadas o no, usan el tema ya sea para vender diarios y rellenar, la otra para los votos, que aunque lejanos, nunca están de mas.
Lo cierto es que el tema del camino es mas viejo que el hilo negro y de los miles de cuentos al respecto, no se ha concretado ninguno, por la simplicísima razón de que es multi caro su construcción y mantención, y no será jamás rentable ni económica ni socialmente, y en un país como el nuestro, con tantas prioridades viales, es comprensible y lógico, aunque no nos guste, que nuestro camino este al final de la lista.
No queda más pues que pensar en los privados, en concesionarlo. No podemos pensar en fondos estatales, eso esta claro. Curiosamente, para el primer “camino” a Farellones, si aporto fondos el Estado, debido a la amistad que unía al Presidente de la época, Don Arturo Alessandri Palma y Don Agustín Edward Eastman, pionero junto a otros soñadores en los comienzos de la Villa.
Pero eso es historia, los tiempos actuales son pragmáticos, el romanticismo desapareció engullido por la vorágine de la ambición y hoy reinan las cifras, que mientras mas azules, mejor.
El camino, que en si es de alto costo, no es la única inversión; requiere de múltiples otras relacionadas, que también lo son: el agua, su tratamiento, camino alternativo, servicios múltiples (restaurants, estacionamientos, baños, policía…) y un largo etc….
El tema camino, necesita entonces de un proyecto bien estudiado, por etapas, que prepare a los Centros de esquí, a las autoridades, a la población residente y a todos los involucrados en un proceso que podría ser traumático, los visitantes podrían duplicarse o triplicarse. Hoy recibimos en un día pick, 3.500 a 4.000 vehículos, la infraestructura colapsa, es impensable recibir 10.000.
Controlemos entonces el entusiasmo y vamos paso a paso y cada uno de ellos bien reflexionado, sin pasión. Ya vendrá.
Atte a la gente de montaña, Claudio Díaz
FARELLONES, Junio 2010