El sur, es tema de primavera para los esquiadores de la zona Central, de randonee y de aprovechar de un final de invierno, cuando ya los calores se llevan la calidad y la nieve misma en esos días de cueca, volantines y chicha; solo entonces pensamos en el sur.
Pero aquí, en el sur, donde la parcimonia es ley, donde el tiempo va al ritmo de un clima duro y donde el invierno comienza en Abril y termina en Noviembre, la montaña se vive de otra manera.
Muy gratamente impresionado de mi visita al Volcán Villarrica, luego de 5 días de una persistente lluvia sureña, amaneció como una mañana en el paraíso. Lentamente, como dictan las costumbres locales , recorriendo esos mágicos kilómetros me aparecí a eso del medio día en las pistas. Sorprendido ya por el excelente estado del camino, estacionamiento despejado, pistas aplanadas y una centena de niños en una carrera interescolar local.
Para broche, un par de examinadores de la Escuela Nacional, con El Presi, Benja Varela, en clínica con los profesores locales, preparándolos para los cursos que se avecinan.
Que bien por estos sureños; su equipo de competición, presente en Antillanca, Bariloche, La Parva, insertos en la competición Nacional. Buen rental, cafetería simple, sin pretensiones, pero tenían el vinito preciso, para al apres ski, disfrutarlo con colegas de una vida.
Ya era hora que dejaran a Dichesare hacer lo que sabe y no agobiarlo con jefes legos en el tema, buena Alfredo.
Para rematar, a la bajada, una visita breve a Doña Irma, en ese mágico villorrio en medio del bosque, donde nos sorprendió con ostras y el infaltable vinito a orillas de una cocina a leña, que ahumaba unas tripas en el alto y horneaba el pan del día.
Gracias Pucón.
Claudio Díaz
