Por: Rosario Serrano
Desde que decidimos venirnos a la montaña con mi compañero, cuando estaba recién embarazada, comenzaron las preguntas, las inquietudes y los juicios, de los demás.
Ahora 3 años después quiero darles mi visión y algunos consejos para la crianza y vida familiar en la montaña.
Somos una familia joven, ambos profesionales y que no vivimos del turismo, sin embargo, amamos la montaña, el esquí, la bicicleta y la vida outdoor, a un ritmo que nosotros consideramos saludable, es por esto que decidimos movernos y criar a nuestra hija así.
RECONÉCTATE CON TU INSTINTO
Al estar insertos en la vorágine del ritmo de la ciudad y el trabajo, nuestros sentidos empiezan a apagarse. Cuando nos instalamos a vivir en la montaña rodeados de naturaleza, el instinto vuelve a despertar.
Suena un poco ambiguo, pero no hay que menospreciar lo que sentimos, lo que nos mueve a tomar o una decisión, no por factores externos, si no que internos. Lo más probable es que nuestro instinto nos diga que es lo correcto para nosotros en nuestro presente, esta es la premisa que he usado con mi pequeña desde que nació.
NO LE TENGAS MIEDO AL CLIMA
No hay mal tiempo, si no ropa inadecuada. Al momento de vivir en la montaña tener la ropa adecuada para nosotros y nuestros hijos es fundamental. Aquí vale lo que te mantiene calentito y seco, para cada estación existe lo necesario.
Creerán entonces que es muy caro tener ropa técnica para los pequeños, y puede serlo, pero no necesariamente. En la ropa usada se encuentran las mejores prendas y de muy buena calidad para los más chicos, generalmente nuevas o casi nuevas. ¡Siempre es bueno buscar ahí!
HAZLOS PARTE DE TU PASIÓN
Desde que nació nuestra hija (comenzando el invierno) hemos intentado que sea parte de nuestro día a día, que toque la nieve, que sienta el bosque, que nos acompañe y formemos un equipo.
Incluirlos en las actividades que te llenan el corazón, es una forma muy natural de fortalecer los lazos familiares y dejarlos ver que es lo que te hace disfrutar la vida, saber que ellos son un pilar fundamental en tu vida pero que también hay otras actividades que te aportan energía fundamental para mantenerte feliz, es muy importante. De esta manera ellos también comenzarán a disfrutar sus propias actividades.
Si estas actividades son al aire libre, o en nuestro caso en la misma montaña, estupendo.
OBSERVA A TU HIJO: RESPETA SUS RITMOS E INTERESES
La montaña es desafiante y por tanto hay que ir paulatinamente y acorde a su desarrollo introduciéndolos en este arte.
Respetar sus tiempos es fundamental, ellos son personas únicas como cada uno de nosotros, por lo que tienen ritmos e intereses particulares. No esperes, ni te frustres si no muestran interés o no aprenden lo rápido que te gustaría alguna actividad.
Lo esencial es observarlos, ver cuando están listos para aprender una nueva destreza, no presionarlos y no hacerlos sentir que deben complacerte. Simplemente disfruta de la calidad de vida al aire libre y conéctate con el momento.
CONSTRUYE UNA RED DE APOYO
La montaña puede ser solitaria y el clima duro, por lo que forjar una red de apoyo es vital.
Lo más común es que ésta sea tu familia, pero también pueden ser amigos. Crear comunidad, el apoyo y amistad te ayuda a mantener la calma y recargar energía cuando las cosas se ponen cuesta arriba. Yo agradezco cada día, que nuestra hija tenga una familia y amigos que la aman.
LA NATURALEZA UN CAMPO DE JUEGOS ILIMITADO
El entorno natural es el mejor campo de juegos y escuela, las posibilidades son tantas como su creatividad les permita. En la montaña nos adecuamos a las situaciones y buscamos sacarles el mayor provecho. Caminar en terreno desigual, soportar el aire frío, ver el cambio en el paisaje con la llegada de la nieve, salir en randonee cuando no hay otro medio que lo logre, son experiencias que marcaran la infancia de los niños. Ofrecer un contacto regular con la montaña y la naturaleza salvaje, irá en beneficio directo de nuestros pequeños y nosotros mismos.
En la montaña para salir a esquiar una nevada de las buenas, primero deben pasar varios días de tormenta, ahí es cuando debemos utilizar la creatividad y deleitarnos con nuestro entorno. Nosotros tenemos ya una batería de actividades que hacemos durante las tormentas, el set de playa de pala y balde es ideal para hacer castillos de nieve, trineos para jugar en el patio, dentro de casa pintamos, hacemos puzles, bailamos y cantamos, armamos torres, cocinamos, leemos, etc.
NO DEJES DE PRACTICAR TU DEPORTE
Si el esquí nos trajo hasta aquí, pues no dejaremos de esquiar y disfrutar por ahora formar una familia. Si bien, el tiempo libre ha disminuido, cada esquiada es mucho más enriquecedora que antes. Ya no pongo expectativas ni exigencias, si no que agradezco cada vez que puedo subirme a los esquís y deslizarme por la montaña. Este año espero enseñarle a esquiar a nuestra pequeña, ella ya se está probando el equipo de mamá…